divendres, 19 d’octubre del 2018

La jota

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MÚSICA Y BAILE: LA COPLA O CANTAR (IV)
(Extracto del libro Música y tradición en Énguera y La Canal)

LA JOTA


El más moderno de los géneros de baile suelto es la jota, que en su expansión decimonónica destrona a los anteriores géneros. La jota es sin duda el género musical tradicional más extendido a lo largo de los diferentes territorios de la península Ibérica. Es conocida en todas las regiones y países del actual Estado español, con esta denominación. Sin embargo también encontramos otros nombres que se refieren a ligeras variantes de este mismo género, como por ejemplo la alegría en Andalucía o la isa en las Canarias. En Portugal tampoco es un género desconocido, y en algunas regiones lusas encontramos bien la jota, con este nombre, bien el vira, que no es sino una versión a las jotas arcaicas que se conservan en Galicia y en León. Incluso existe alguna versión en tierras americanas y filipinas.

Antes de describir las principales características del género, tenemos que hacer una pausa para hablar, aunque sea de manera muy breve y sin profundizar mucho, en el origen del género. En los ambientes folklóricos, es este un tema un tanto polémico, ya que todos quieren apuntarse la paternidad del género. En primer lugar, los valencianos tenemos una leyenda que cuenta que en época medieval, un ciudadano de la Valencia islámica, llamado Aben Jot, creó esta nueva música. La jota se llama así en honor al nombre de su creador. Las autoridades religiosas consideraron irreverente este nuevo género y condenaron al creador al destierro, quien se estableció en tierras aragonesas, como explica la copla:
La jota nació en Valencia
y se crió en Aragón.
Calatayud fue su cuna
a la orillita el Jalón.

Esta leyenda resulta simpática, pero no se sostiene en ningún criterio fiable. Los aragoneses también se quieren apuntar el mérito. La jota es en Aragón todo un símbolo, un signo de identidad colectiva, y negar el origen baturro del género es para la mayoría un insulto de lo más grave. En el siglo XX, los certámenes joteros, controlados y fomentados por las instituciones i por otras instancias del poder, contribuyeron a crear el mito de la nobleza baturra. Los aragoneses son, según este arquetipo, unas personas de ideas fijas, rudos y nobles, que cantan la jota. Pero no vale cualquier tipo de jota. Sólo sirve la jota espectacular y semiescolarizada, acompañada por una multitudinaria rondalla de cuerda que ejecuta infinidad de complicadas variaciones musicales, pero que marca siempre con un característico la entrada del cantador. La copla se canta con una voz poderosa, y hasta cierto punto impostada. Por fortuna, los aragoneses han descubierto que su folklore es mucho más que sólo la jota, y desde los años 90 están interesados en recuperar otros géneros y en superar el estereotipo “baturro”.

Andaluces, castellanos y navarros también han querido reivindicar la paternidad de la criatura. Por fortuna, en 1995, el catedrático de musicología del Conservatorio de Salamanca Miguel Manzano Alonso, publicó un estudio que ponía un poco de claridad en este asunto. Se trata del libro La jota como género musical, un estudio riguroso que intenta esclarecer las similitudes y diferencias de todas las canciones que se presentan con el nombre de jota en los diversos territorios hispánicos. Manzano supera de manera definitiva la polémica sobre el origen del género. Basándose en el estudio de muestras de todas las zonas, establece que nadie puede atribuirse en exclusiva la paternidad del género. Se trata de un género antiguo, común a muchos de los territorios, que ha ido evolucionando de diversas maneras en unos sitios y en otros. Manzano establece dos grandes grupos: la zona noroccidental de la península donde todavía encontramos el género en un estadio más primitivo, como canto vocal acompañado de percusión, y la zona central y oriental, donde le género ha evolucionado con la incorporación de repeticiones vocales y la presencia de otros instrumentos.

Respecto a la etimología del nombre, hemos de decir que la idea de que el sustantivo jota derive de Aben Jot es un auténtico disparate. Aunque no lo sabemos con certeza, lo más probable es que este nombre derive del verbo romance SALTARE, o más concretamente de su forma SAUTARE, que haría referencia al carácter movido y vivo del baile:

salta > sauta > sota > xota > jota

A pesar de estar de acuerdo con el origen antiguo del género que propone Manzano, lo cierto es que en la actualidad en tierras valencianas, y también en las zonas vecinas, la estructura que conocemos es una evolución relativamente moderna, que aparece a finales del siglo XVIII y que desplaza durante todo el siglo XIX a otros géneros anteriores.

Pero entremos en harina. Hablemos de las principales características de la jota. Se trata de un género nacido para ser cantado, y que casi siempre se acompaña de baile. Las jotas instrumentales o para otras funciones (de ronda, de quintos, de labrar, nanas…) son claramente posteriores al nacimiento de la estructura de canto y baile que nos ocupa. Presenta un ritmo ternario, generalmente 3/4 o 3/8, y la alternancia cada cuatro compases del acorde de tónica y el de séptima de dominante. La mayoría de la versiones que conocemos en La Canal se interpretan en las tonalidades de La mayor y Re mayor.
La estrofa que se usa en el canto es la cuarteta, llamada popularmente “canción”, “copla” o “cantar”. Son cuatro versos octosílabos con rima, generalmente asonante, en el segundo y cuarto:

Todos los quesinos, madre,
nâ más comen que garrofas
y cuando van a cagar
s’agarran a una coscoja
(Navarrés)


Después de cantar la copla, vienen los estribillos. Estos estribillos son llamados arremachos en Navalón. Parece ser que las estructuras más arcaicas son aquellas en que los estribillos son también cantados. La estrofa más usual en estos estribillos es la seguidilla, que alterna versos heptasílabos sin rima con pentasílabos de rima asonante:

        Como sé que te gustan
los cacahuetes,
por debajo la puerta
te meto siete.
(Navalón)

Por mucho agua que caiga
aquí en la peña,
no se volverá blanca
la que es morena.
(Chella)

Alebú, alebú,
tu madre viene.
Échale una mentira,
que te conviene.
        (Navalón)

Existe algún estribillo que presenta la estructura de seguidilla pero con medidas irregulares en algunos de sus versos:

Anda niña a tu casa
y lávate la cara
que si no te la lavas
no te casarás.
(Énguera)

Anda niña a tu casa
Y péinate el pelo
Que si no te lo peinas
Yo no te quiero.
(Énguera)

O también una estrofa que alterna heptasílabos y hexasílabos:

Patita colorada
Tiene la perdiz
Patita colorada
Piquito y nariz.
(El Calderón, Énguera)

Sin embargo también existen otros patrones métricos que aparecen en los estribillos cantados. Por ejemplo, hay algunos casos de cuartetas formadas por versos hexasílabos:

Al salir el sol
te quisiera ver
penjaêt dels ous
dalt d’un garrofer.
(Énguera)

Al salir el sol
Canta la perdiz
Y el gallo le canta
Quiquiquiriquí.
(Énguera)

Por aquí no hay nada,
por la plaza menos.
Resala(da) morena,
que por ti me muero
(Navalón)

A la jota, jota
que bailan los perros;
Levantan la pata,
se le ven los güegos.
(Anna)

Ay que sí que sí
ay que no que no
que de los bomberos
no me fio yo.
(Bicorp)

Ay que sí, que sí.
Ay que no que no.
Que esta morenita
la camelo yo.
(Navalón)

Ay que sí, que sí
Ay que no, que no
Si tu tienes huerto
Jardín tengo yo.
(Faracuat)

Al salir el sol
Te quisiera ver
Pero veo, niña,
Que no puede ser.
(Énguera, Navalón y Navarrés)

A veces estas cuartetas hexasílabas repiten los versos, por exigencia de las melodías con que se cantan, y se crean algunas estructuras de métrica más complejas:

Como se menea, como se menea,
El agua en el pozo,
Así se menea, así se menea
Tu cuerpo garboso.
Como se menea, como se menea,
El agua en la pila.
Así se menea, así se menea,
Tu cuerpo chequilla.
(Navalón)

Otras veces la cuarteta inicial continua con otros versos que la desarrollan formando una nueva estrofa de ocho versos:

Ay sin sal sin sal
En mig del bancal
El novio a la novia
Li ausava el brial.
Ay sin sal sin sal
Ay sin sal saleró,
El novio a la novia
Li ausava el faldó.
        (Navalón)

Al salir el sol,
Te quisiera ver
Pero veo, niña,
Que no puede ser
Que no puede ser
Que no hay ocasión
Para verte niña
Al salir el sol.
(Bicorp)


También existe la cuarteta de heptasílabos como estribillo:

A los títaros tocan
Yo te pago la entrá.
Si lo sabe tu madre
¿qué dirá? ¿qué dirá?
¿qué dirá? ¿qué dirá?
¿qué tendrá que decir?
Que te quiero y te amo
Y me muero por ti.
(Énguera)

Y a tu padre l´han hecho
Y a tu madre l´haran
Y a tu padre l´han hecho
Capitán general.
(Énguera)

Mírala que ahí la tienes,
échatela al rincón,
si es casada, casada,
si es soltera mejor.
(Chella)

Arrincónamela
y échamela al rincón
Si es casada, casada.
Si es doncella mejor.
(Bicorp)

Arrempuja, Maruja
y échatela al rincón.
Si es casada, casada.
Si es doncella mejor
(Énguera)

Ay sin sal sin sal
ay sin sal saleró
que a esa moza morena
me la camelo yo.
(Navalón)

A la una, a la una
A las dos, a las dos
El pimiento picante
Con arroz, con arroz.
(Faracuat)

También se puede utilizar la cuarteta de octosílabos, aunque esto ocurre menos frecuentemente. En este caso los versos segundo y cuarto siempre tendrán rima aguda o masculina para facilitar su ajuste con las melodías del canto:

Está lluviendo, lluviendo,
te mojarás, mojarás,
los zapatitos, zapatos
de colorín, colorán.
(Énguera)

Dices que tienes que tienes
que tienes un olivar.
Y el olivar que tú tienes
es que te quieres casar.
(Bicorp)

Tengo un reloj que me toca
la una, las dos y las tres.
Tengo un reloj que me toca
las cuatro y cinco y las seis.
        (Énguera)

Incluso el verso decasílabo aparece en algún estribillo:

Tápate María, tápate
que la pantorrilla te se ve.
Como te se vea lo demás
ya verás María dónde vas.
(Énguera)

Son abundantísimas las versiones de jota recogidas y es habitual que un mismo cantador conozca múltiples variantes. Pero no sólo se trata de un cambio de melodía. Podemos observar que hay diferentes formas de cantar las cuartetas. En primer lugar, hay que diferenciar dos tipos de jotas: las que entran a cantar en el acorde de dominante y las que entran en el acorde de tónica. Y todavía resulta más complicado su clasificación si tenemos en cuenta la estructura de las repeticiones de cada versos:

  • tipo A: 6 frases musicales y repetición de los versos con la estructura 123441. Se entra a cantar en el acorde de tónica. Solía usarse para las jotas de ronda, aunque también podía aparecer esta estructura en las jotas de baile.
La jota quieres que cante
La jota yo no la sé
por darle gusto a mi amante,
la jota yo cantaré.
La jota yo cantaré.
La jota quieres que cante.
(Énguera)

  • tipo B: 6 frases musicales y repetición de los versos con la estructura 123434. Como la anterior también entra en el acorde de tónica.

En esta calle que entramos
tiran agua y salen ranas.
Por eso s’ha de llamar
la calle de las marranas.
Por eso s’ha de llamar
la calle de las marranas.
(Chella)

  • tipo C: 7 frases musicales y repetición de los versos con la estructura 1123441. Es la estructura más frecuentemente usada. El canto empieza en el acorde de dominante.

Mírala por dónde viene,
mírala por dónde viene,
la tonta de mi mujer
con el pañuelo en la mano
cansadita de correr.
Cansadita de correr.
Mírala por dónde viene
(Énguera)

  • tipo D: 7 frases musicales y repetición de los versos con la estructura 1123434. También entra en el acorde de dominante. Esta estructura es muy abundante en los pueblos de esta comarca, pero conocemos muy pocos casos fuera de La Canal:

En el Cielo manda Dios;
en el cielo manda Dios;
en la justicia, l’alcalde;
en la calle, mandan tôs;
conmigo no manda nadie.
En la calle, mandan tôs;
conmigo no manda nadie.
(Navarrés)

  • tipo E: 7 frases musicales y repetición de los versos con la estructura: 2123434. Aunque existen ejemplos, esta estructura es poco usada en la comarcas meridionales valencianas. Sin embargo es la más habitual en el interior de la demarcación de Castellón, y es casi exclusiva en la actualidad en las jotas aragonesas. El canto empieza en el acorde de dominante.

Qué buenos chicos que son.
Madre mía, los mineros,
qué buenos chicos que son.
Nâ más tienen que una falta:
que mueren sin confesión.
Que mueren sin confesión.
Madre mía los mineros.
(Navalón)

  • Tipo F: En la aldea de Navalón hemos podido recoger ejemplos de jota que presenta una repetición de 8 frases musicales con la estructura 12123434. Así se cantaba la jota de los quintos y también hemos recogido una jota de baile de este tipo. Esta estructura es desconocida en el resto de la comarca, aunque existen ejemplos similares en Alicante y Murcia.

Cuanto más hondo es el pozo,
más fresquita sale l’agua.
Cuanto más hondo es el pozo,
más fresquita sale l’agua.
Cuánto más hablo contigo,
más me gustan tus palabras.
Cuánto más hablo contigo,
más me gustan tus palabras.

  • Tipo G: En Énguera, hemos encontrado una versión de jota que podríamos denominar arcaica. Se usaba como canto y baile de pascua. La copla no repite ningún verso, y por tanto su estructura es 1234. En Benafigos, Fermín Pardo recopiló una “arenilla” con esta misma estructura. Sin embargo, este tipo de jotas arcaicas sin repetición no son frecuentes en tierras valencianas, aunque sí las encontramos abundantemente en Castilla y especialmente en León.


    Una vieja y un candil
la perdición de una casa
la vieja por lo que gruñe
y el candil por lo que gasta.



















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